martes, 14 de octubre de 2008

lo hermoso de su naturaleza




los caracoles



Los caracoles se mueven como los gusanos, alternando contracciones y elongaciones de su cuerpo, con una proverbial lentitud. Producen mucus para ayudarse en la locomoción reduciendo así la fricción. Esta mucosidad contribuye a su regulación térmica, también reduce el riesgo del caracol ante las heridas, las agresiones externas, notablemente las bacterianas y fúngicas, ayudándoles a mantenerse lejos de insectos potencialmente peligrosos como las hormigas. El mucus sirve además al caracol para desembarazarse de ciertas substancias como los metales pesados y entra también en la composición de la cubierta.
Cuando se retrae en su concha, secreta un tipo especial de mucosidad que se polimeriza, para cubrir la entrada de su caparazón con una estructura llamada opérculo. Es similar en algunas especies de
babosas, algo parecido a una cáscara debajo de su piel superior para prevenirlas de desecarse por completo. El opérculo de algunos caracoles tiene un olor agradable cuando es quemado, por eso a veces es usado como un constituyente del incienso. Este opérculo suele ser fino en las especies terrestres y en otras como las marinas, muy mineralizado.
Descontando los caracoles marinos, en
invierno o en estaciones secas, muchas especies terrestres o de agua dulce, hibernan en su concha sellándose con el opérculo, que le sirve de protección para la hibernación y que es destruido en la primavera o cuando el entorno se hace más húmedo. Algunas especies se reúnen e hibernan en grupos mientras que otras se entierran antes de la hibernación.
El caracol de tierra más grande es el caracol gigante africano (
Achatina fulica) que puede medir hasta 30 cm; Pomacea maculata (familia Ampullariidae), el caracol de manzana gigante, es el caracol más grande de agua dulce, con su tamaño que alcanza los 15 cm de diámetro y más de 600 g de peso. El más grande de todos los caracoles es el Syrinx aruanus, una especie marina que vive en Australia.
La concha del caracol es un ejemplo de la representación de
Fi en la naturaleza. Las formas de las conchas de ciertos caracoles de mar (Conus, Cymbiola) están constituidas por la versión biológica de un autómata celular.

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